El turismo está cambiando y los destinos también, actualmente existen proyectos turísticos que buscan generar una retribución al medio en el que se desenvuelve
La crisis del Coronavirus provocó que muchos de los turistas cambiaran su consumo y se dirigieran hacia una responsabilidad y conciencia social y medio ambiental. Esto incluyó a cómo viajan, y los beneficios o consecuencias e impacto que generan en esa actividad.
Actualmente, existen iniciativas que marcan la transformación del turismo hacia proyectos con fines sostenibles, o que cuidan su entorno para un turismo controlado.
Respuesta de un viñedo al calentamiento global
Alentejo al sur de Portugal, es una zona geográfica, histórica y cultural, comprende las regiones vitivinícolas del Baixo zona alta y central. Se caracteriza por sus magnas condiciones para la producción de vino: sol, suelo, variedades de uva autóctonas y un legado de tradición.
Sin embargo, tiene una carencia: lluvia, debido al calentamiento global que amenaza cada vez más a esta árida región conocida por los tintos cálidos y con cuerpo.
Por lo que desde 2015, el destino creó el programa de Sostenibilidad Vinos de Alentejo, con finalidad de priorizar la conservación del agua, con medidas como el desarrollo de cultivos para la retención de agua y la creación de estanques para recolectar agua de lluvia.
Esta estrategia ha ayudado a las bodegas a reducir su consumo promedio de agua en un 20%; a reducir de 14 a 6 litros de agua para producir 1 litro de vino.
En 2020, este programa se fortaleció con un proceso de certificación para verificar aún más que las bodegas están siguiendo iniciativas ecológicas.
Un ejemplo de este proyecto es la bodega de Herdade de Coelheiros, una finca verde con un huerto de nogales, un bosque de alcornoques y un rebaño de ovejas, que además cuenta con una solución orgánica para el control de malezas.
Se buscan voluntarios para proteger vida salvaje
Sin duda la Pandemia generó consecuencias e impacto negativo en muchos destinos que basaban sus ingresos económicos en el turismo, por lo que algunos destinos necesitan de manera urgente contrarrestarlo y atraer turismo responsable para iniciar la recuperación de la comunidad.
Los cierres provocaron una caída del 96% en las visitas a los parques nacionales de Sudáfrica, lo que puso en peligro los esfuerzos de lugares de conservación natural.
Tal como el Parque del Humedal iSimangaliso, un sitio del Patrimonio Mundial de la UNESCO, de 800,000 acres en la costa este del país, hogar de una enorme riqueza natural.
iSimangaliso también genera más de 12 mil puestos de trabajo y un programa de educación ambiental que involucra a 150 escuelas.
Los visitantes pueden involucrarse de distintas maneras, como rastrear a los “Cinco Grandes” (elefantes, rinocerontes, búfalos, leones y leopardos) en un safari en algunas reservas del país.
O pueden ir más allá y ofrecerse como voluntarios para cuidar la biodiversidad con Endangered Wildlife Trust, o ayudar a salvar la increíble vida acuática y los pulpos maestros que habitan en el Gran Bosque Marino Africano.
Un destino de mujeres emprendedoras
Gracias al movimiento feminista y a favor de los derechos de las mujeres, últimamente se han registrado avances en esta materia, a nivel mundial. Tal es el caso de las empresarias en Marruecos que están creando fundaciones, cooperativas, tiendas y restaurantes para emplear, educar y empoderar a las mujeres marroquíes.
Específicamente, Marrakech, la “Joya del Sur”, ofrece una oportunidad para que los visitantes aporten al camino hacia la igualdad. Tal como una visita a la boutique Al Kawtar, textiles realizados por mujeres que al mismo tiempo opera una casa hogar para mujeres en situaciones vulnerables donde reciben atención.
O el taller de Salam Hello, que promueve salarios justos para las tejedoras y usan las ganancias para ayudarlas. El restaurante Amal brinda asistencia directa a mujeres desfavorecidas y ayuda a financiar una asociación sin fines de lucro que capacita a mujeres en habilidades culinarias.
Así como Peacock Pavilions, un complejo de lujo, ubicado en un olivar en las afueras de Marrakech, propiedad de los creadores de Project Soar, que brinda educación y capacitación respecto al liderazgo a niñas adolescentes.
Las iniciativas turísticas que generen un impacto positivo como los mencionados no dependen de programas políticos, sino que iniciaron plenamente en la voluntad individual de contribuir al medio en el que se desenvuelven. El camino hacia un turismo consciente depende de muchos actores, desde los consumidores hasta los proveedores y todos los que se involucran en esta cadena de valor.